veredas de ladrillo con pastito
y, tras la celosía,
un viejo organillero con monito.
Había un cielo entero
por donde navegaban las hamacas
y leche que el lechero
traía, no en botella sino en vaca.
Había lluvia en tinas
y patios con ranitas adivinas,
y una gallina clueca
mirándonos con ojos de muñeca.
Había a cada rato
un gato navegando en un zapato,
y había en la cocina
una mamá jugando con harina.
María Elena Walsh
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Todo lo que hagas en la vida es insignificante, pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará.
Gandhi.