Décimo primer aniversario de este blog: Yo me lo guiso
El pulso del pintor que termina su obra. Las manos del ebanista que miman cada pieza. La tímida gota que rueda acariciando el costado de una copa bien fría. En el fondo, ya lo sabes: todo lo que merece la pena requiere su tiempo, sea un cuadro, un mueble o una cerveza.