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miércoles, 24 de octubre de 2012

TRES POETISAS DEL CONO SUR AMERICANO

Muchas veces cuando jovencita imaginé mi vida entre libros ... viajaba a lugares  lejanos y maravillosos, viviendo aventuras, amores, tristezas  y desafíos en diferentes pieles, como si me fuera transformando en cada uno de los personajes y de ellos formara mi propio yo ... así he tenido muchas vidas, unas me han dado fortaleza, ternura y enseñanza de forma dulce, otras me han puesto cara a cara con la realidad más cruda ... Hoy comparto un poco de tres mujeres poetas sudamericanas, de aquello que muchos llaman el CONO SUR, algunas fueron grandes activistas por los derechos siempre olvidados de las mujeres y por ese motivo no encajaron bien en su tiempo, teniendo unas vidas bastante duras y en casos trágicas ... espero les guste y más de alguien se anime a compartir!!


DELMIRA AGUSTINI, (Montevideo, 1886 - 1914) fue una poeta, y activista  feminista uruguaya, Fue una niña precoz. Además de componer versos desde que tenía 10 años, realizó estudios de francés, música y pintura.  Se especializó en la sexualidad femenina en una época en la que el mundo estaba dominado por el hombre. Su estilo pertenece a la primera fase del Modernismo y sus temas tratan de la fantasía y de materias exóticas. Contrajo matrimonio con Enrique Job Reyes en 1913, pero por diversas desavenencias conyugales lo abandonó un mes y medio más tarde, divorciándose el 5 de junio de 1914. En julio del mismo año muere asesinada por su ex marido, quien después se suicidó. 


En el silencio siento pasar hora tras hora
como un cortejo lento, acompasado y frío
¡Ah, cuando tú estás lejos de mi alma todo llora,
y al rumor de tus pasos hasta en sueños sonrío!
Yo sé que volverás, que brillará otra aurora
en mi horizonte grave como un sueño sombrío;
revivirá en mis bosques tu gran risa sonora
que los cruzaba alegre como el cristal de un río.
Un día, al encontrarnos tristes en el camino
yo puse entre tus manos mi pálido destino.
¡Y nada más hermoso jamás han de ofrecerte!
Mi alma es, frente a tu alma, como el mar frente al cielo:
pasarán entre ellas, cual la sombra de un vuelo,
la Tormenta y el Tiempo y la Vida y la Muerte!

TERESA DE LAS MERCEDES WILMS MONTT, (Viña del Mar 1893 – 1921) poeta chilena nacida en una acomodada familia que dado el contexto social de la época, fue criada por institutrices y profesores particulares, casándola a los 17 años con Gustavo Balmaceda Valdés. A poco tiempo , comenzaron las desavenencias entre Gustavo y Teresa, principalmente debido a las molestias del primero ante la personalidad de su mujer, quien había comenzado a frecuentar tertulias y ateneos y se había adscrito a los ideales anarquistas y a la masonería. Gustavo reaccionó resguardándose en el alcohol y el juego.  En 1915 su marido convoca un tribunal familiar el cual decretó su enclaustramiento en el Convento de la Preciosa Sangre, del cual escapa en Junio de 1916 ayudada por el poeta Vicente Huidobro, trasladándose a Buenos Aires. Por este motivo su familia y marido la separaran definitivamente de sus hijas, lo que la sumió en una gran tristeza. A pesar de ello, siguió escribiendo y viajando por Europa como invitada a diferentes eventos. En 1920 ve a sus hijas en Madrid donde residía en esos años,  y a la partida de éstas enfermó gravemente y consumió una gran dosis de barbitúricos, falleciendo al poco, en las últimas páginas de su diario escribió: “...morir, después de haber sentido todo y no ser nada ...”

Hay en mi alma un pozo muerto, donde no
se refleja el sol, y del que huyen los pájaros
con terrores de virgen ante un misterio de
cadáveres.
Mi alma es un palacio de piedra, donde habitan los ausentes,
trayéndome la sombra de
sus cuerpos para alivio y compañía de mi
vida.
Mi alma es un campo desbastado donde el
rayo quemó hasta las raíces, y donde no
puede florecer ni el cardo.
Mi alma es una huérfana loca, que anda de
tumba en tumba buscando el amor de los
muertos.
Mi alma es una flecha de oro perdida en un
charco de fango.
Mi alma, mi pobre alma, es una ciega que
marcha a tientas sin apoyo y sin guía”.

ALEJANDRA PIZARNIK, Poeta argentina nacida en Buenos Aires (1936 – 1972).Su infancia fue muy complicada. Hablaba el español con marcado acento europeo y tartamudeaba. Tenía graves problemas de acné y una marcada tendencia a subir de peso. La auto percepción de su cuerpo y su continua comparación con su hermana le complicaron de manera obsesiva. Es posible que comenzara, por esta razón, a ingerir anfetaminas -por las que pronto desarrolló una fuerte adicción.
El 25 de septiembre de 1972, a los 36 años, se quitó la vida ingiriendo 50 pastillas de un barbitúrico durante un fin de semana en el que había salido con permiso del hospital psiquiátrico de Buenos Aires, donde se hallaba internada a consecuencia de su cuadro depresivo y tras dos intentos de suicidio.
Hoy, tiene un monumento en la calle Güemes en Avellaneda.

"Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón.
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos"
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